Ella es así, como la perdición de una historia sin narrar “la diosa que sangra” Una diosa que me amó, y que será una presencia ausente.
Como el sueño que acude a las llegadas de una interminable canción callada
Se destruyen las mentiras y por todas partes lagrimas cansadas. Rodean la habitación, bordean la limitación de los momentos, de los menesteres, que no pueden ser si no un momento olvidado
Rosas quedan partidas y no se porque, se impulsa a ser descubiertas. Son como santas, pero también son como una malvasía (uvas dulces), que atraviesa tu garganta, destruyendo papeles, recorriendo líneas sin saber que te lleva a devorar el aire, los suspiros, los momentos que jamás existieron, son dulces pecados que dan gustos sufrirlos. Amanece y al otro día son inservibles, esas palabras no sirven para nada porque las olvida, las tira a un cajón vacio sin valor, como si no tuvieran vida, y en esas mismas le entregaste el corazón.
Veo la destrucción en un futuro muy lejano, de generaciones que no verán y rogaran saber que paso en las promesas pasadas, los momentos que nadie creyó. =/ será la guerra mas silenciosa que jamás se halla visto, una guerra fría que luchara en los momentos de tiranía, guerras sin muertes, las muertes ya no serán presenciales ellos mismos se miraran y se retraerán impulsando los pensamientos a perder la cordura. Será, un diafanico día, porque los días jamás tendrán fin, los días será la noche.
Hay, muchos que saben la verdad, no saben cuando llegara, pero existe, su propia religión, el propio cuento que se narra, y lo creemos. Hay muchos que nos refugiamos y contamos con gran sacrificio lo que pasara, y no se imaginan que el final esta mas cerca de lo que nadie ha pensado. Y tal vez hasta halla milenios después de estas palabras, que para nosotros nos parecerá mucho tiempo, pero el reloj ya ha marcado las doce, y solo por no se que…lo atrasa mas.
El día se ahogara como lo hace a diario, el día se marchara, la luna reinara en los cielos, las estrellas ya no tendrán potestad, y los soles nocturnos ya no alumbraran mas, solo se pagara el precio de los amaneceres, se pagara el precio del recuerdo, ella reinara en las sombras, y con su mismo cariño reinara en los amores, reinara en los corazones ultimados, reinaran en amores eternos, ella jamás morirá. Eso solo lo llevaremos en el corazón, lo llevaremos en los últimos días de nuestras vidas porque lo último que veremos será la luz del día, y en la muerte ella nos acompañará porque será lo último que deseemos ver. La muerte podrá sonar más que una amenaza, pero solo es una condena, para otra vida “tal vez”. Pero es solo un día a la vez y se me cae en cada paso gotas de luz, en su cara, se me va la vida. Ella es más que una sonrisa, más que un recuerdo. Es como una religión, algo en lo que se tiene que creer, en un cuento de dormir que nos abriga en los sueños, ella es el abrigo que nos calienta en los infiernos. Ella es la sombra de nuestras sombras. Igual morirá, pero se quedara en las letras de muchos eternamente, hoy esta en las mías, y que quizás en muchas otras poesías calladas, que la han convertido en lo mismo que mis prosas, que la han convertido como una diosa, que no necesita hacer sufrir con su ausencia, es misericordiosa pero es malvada en su carne, en cada beso consume los deseos y nos arrebata la paciencia. Ella dice que jamás a amado, pero parece que dejo su corazón guardado por un amor pasado. A cada palabra que se dirige nos dice que le e enseñado a amar y a sufrir, que no hay dolor mas grande que el de mi ausencia, y no hay pasión mas deseosa que en las noches de soledad. Es un dios lejano a la palabra bien entendida y muy cercana a la lujuria, no avisa para hacer explotar, no avisa para matar los sueños, no avisa para destruir los momentos, solo lo hace a su parecer, pero dejarlo hacer para mi es un placer, porque con su furia me hace palpitar mi corazón sin latidos, me revive con sus manos quietas, ella es como nívea que rodean mis miradas. Una religión pesada y más sacrificada que las cruces del mundo. Sangra y no me explico como la nombran diosa si se derrama en sangre, ¿será la hija de dios que arrojo del cielo…? La gran historia que nadie conto y que el mismo dios, negó un ser tan sin palabras. Si Jesús fue la salvación, ella sin quererlo es la perdición.
En mis manos tengo a una diosa. ¿Díganme entonces como negociar los besos que consumen y te dan la gloria momentánea que dura en los pensamientos una eternidad?, ¿como negociar la eternidad junto a ella?, si ella solo es como un pasaje de luz que solo se ve sus lámparas de sus ojos y a la mañana siguiente te abandona, en las noches te arrulla en las mentiras, y por el día en su presencia te entrega nuevamente la salvación al infierno en sus brazos. He buscado al dios perfecto que me llene la ausencia de sentir, y de mí fe. Y ahora que tengo fe, y ahora que estoy llena solo quisiera ver el último día de luz, ver mi último día junto a ella y morir, para jamás volver a sufrir con su presencia ausente.
Ella es mi cielo y ese mismo cielo voy a morir de soledad en compañía, porque sabré que existió y no la tendré…malditos los recuerdos que lleguen a mis manos, a los papeles vacios aun sin llenar, benditas las poesías que me condenaran a recordarla, porque aunque quisiera olvidarla todas las mañanas serán la sombra de su sombra, será mi sombra que me acompañara en mis últimos días, y en los días de una diosa que me amo.