De mis íntimos escritos sólo Dios es testigo,
pues los trazo en el aire ya que sobre el papel los reprimo
aun a sabiendas de que bien sería esclarecer la verdad,
ya que la calumnia ensució mi ser y nadie quiso rectificar.
Por mi mente pasan poemas
que por dolientes los tengo velados,
pues sólo ha de ser Dios el Juez de mis silencios,
Juez de las letras que en el cielo trazo,
letras colmadas de verdades que la luz nunca verán
ya que no es mi deseo el vengarme de las crueles almas
causantes de tanto mal.
Aunque concedo el perdón mi corazón no olvida
que por egoísmos sin medida sola en la adversidad
caminó mi ser por senderos dolosos
sin tener quien me curase las heridas.
Mas, preferiría lograr cicatrizar las llagas,
que conceder perdones que nadie me pidió.
Espero que algún día mí verdad sea honrada,
y entonces, de gran pesar se liberará mi alma
por tanto tiempo mancillada por injusticias
muy bien elaboradas y falsamente justificadas.
De mis íntimos sentimientos sólo Dios es testigo
y a su amor infinito indulgencia le pido
para quienes hicieron tanto daño
y que sus conciencias no despierten
para que no hagan en sus corazones estragos
de esta manera les concedo mi perdón
Autora: Escapitina
Luisa Lestón Celorio
Registrado: Tomo. CON MI PLUMA EN RISTRE.