Te he amado vida mía
en el sigilo de mi mirada,
en el silencio de mis palabras
en las caricias añoradas
y en los secretos de mi almohada.
Te he amado bajo el misterio de la luna
que entra por mi ventana,
en la lucha con mi insomnio
y en las sombras que se yerguen,
en mis paredes emborrachadas.
Te he amado en la distancia,
que de ti siempre me separa,
en mi nostalgia que vaga,
en la tristeza que me hiere,
con su certera puñalada
Te he amado hermosamente
en mis despertares de mañana,
en mi andar itinerante,
en el hablar de mi guitarra
y en el verso que te clama.
Te he amado tiernamente,
en mi serenidad y también en mi rabia,
en mi resignación al abandono,
en mi vehemencia frenética
y en mi furia desatada.
Te he amado resistiendo
a mi soledad que te reclama,
a mis labios ansiosos de tus besos,
a mi vientre que se enciende
y al deseo de mis entrañas.
Te he amado, te he amado
en mi palabra callada,
en mi poema… en mi canto,
en mi risa y en mi llanto,
y en mi vida que se apaga.
Y te seguiré amando,
sonámbula en los caminos,
buscando tu huella calzada
y en la aurora que se duerme
en mi alma enamorada.
Liel