Cuando entregas al sol tu mediodía,
Cuando entregas serena tu mirada;
Resplandece mi ser en su agonía,
Se estremece la luz en la alborada.
Cuando entienda las leyes de tu acento,
Cuando entienda tu noche y tu mañana:
Se irá mi alma latiendo en su contento,
Se irá mi piel juntando boca grana.
Y si al fin yo te entiendo en lo que siento,
Y si al fin me comprendo en tu mirada;
Y Sintiéndome afable como el viento;
y Sintiéndome el sol de tu estocada;
Tornaré mis lamentos a su cuento
Tornaré a contentos lo que fue nada.