Abrí la ventana
y vi tu sonrisa
y esa mañana
se me hizo distinta.
Abrí la ventana
y pasaste ligero
luciendo animada
tu lindo sombrero.
Abrí la ventana
de casualidad,
y a todos mostrabas
tu felicidad.
Abrí la ventana
y vi tus mejillas,
tersas y pefumadas,
olor a vainilla.
Abrí la ventana
y me hiciste un guiño
así son las damas
flechan cual Cupido .
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos de Propiedad Intelectual Reservados
Bajo el Número 1306255322430