huertero

Poemas para Maratonistas Licopodios 42 poemas o km

Soy  un hijo huérfano

desterrando estaciones.

A tiempo la muerte

ya es poesía…

 

Km 1

Desde la pequeña vereda del sueño

los habitantes de la cordura con

sus cantos aceleran nuestros ritmos

infatigables corazones sordos.

Piernas pies como arados

dejan estelas de alucinaciones

sobre el asfalto gélido.

Llaman y llaman pero qué falta,

donde están tu nombre?

Tu calle y tu desvelo

este túnel iluminado de sensaciones

solamente estás donde yo te busco.

Vos ves la Cruz del Sur?

A la intemperie tu leve sombra

de mi mano pasando por mi cara.

Me diste la distancia entre mesas vacías.

Fui indiferente porque en el fondo es todo.

Los perros que vagabundean mascullan

sobre nuestras cabelleras, gorros y vinchas.

Mi cuero y mis murmuraciones cruzaran

este túnel que transita en el tiempo.

Conmigo dos terrones de te quiero…

 

 

 

 

Km 2

 

Hablemos  tenemos 6 minutos

De vuelta elongamos

las tardes deshojadas.

Por la Avenida Arturo Illia

los tilos retrotraídos confían

en la revolución primavera.

Hermana luna

tu  media luz sisada

cuelga de mi piel.

La ciudad en excusas histéricas.

Hace frío, no hay abrigo, ni morfina.

La cifra se repite

la fiebre hora a hora.

 

 

 

 

km 3

 

 

Necesito esa puerta de tu mundo

Desclavo dos de azúcar verde.

Paisajes con cordones atados

esta  noche sombras

de lechuzas roncas.

Esférica mi sangre.

Razones técnicas, los tramos

el cambio de aire

conspirando entre cada dedo.

El agua embotellada

sedosa la palma que la transporta.

Azules los días que sostengo.

Así la tomo dependiendo

de los ciclos infinitos…

 

  

km 4

 

Mi cara recta levantando

hipnotizados los ojos.

Mis labios ásperos  al aire glacial.

Entumecido mi tótem.

Multiplicando los movimientos de la lengua.

Esta es manera de sentir.

La memoria en mis pies.

La atención en mis codos.

Índico  a mis  rodillas

un hueco de palabras lavadas.

Entonces el esqueleto urde

solo se me ocurre aumentar la marcha.

 

 

Km 5

 

Recuerda que evolucionamos.

La pintura es una señal.

Hay alguien en el Ranking

que cuerda del todo.

Si vas a gritar hazlo en  alta intensidad.

Pensar no es asimilable a cierta velocidad.

Debajo de mi nariz perforaciones.

Repasando  en no golpear el asfalto.

El arma química en el interior

Intentamos vaciarnos del todo

La creencia es parte de la indumentaria.

 


km 6

 

 

En el camino sinuoso abundan las raíces

los chopos de cristal te retienen.

Eterna la madrugada

cuerpos como barcos

silenciosos, encallados.

La tierra se asienta

de otros es el cielo

si mis pies son ojos de aves.

Las luces deforman las formas anteriores.

Irradiando el sol, el fuego… todo sube.

La aurora se cuela

las palabras son atrapadas

brota sutil el poema.

 

 

Km 7

 

Algunos de nosotros apenas

ha estado aquí.

El resto insistimos en desaparecer.

Ser sólo un número de frente

con la  cabeza hacia…

Hasta lo último querré agua.

Transitaré a través del fuego

para ir aún más agudo.

Es lo que necesito.

Probándome, probándome, probándome.

Afuera de mi puerta

los escucho susurrar.

Están tratando de sobrellevarme

nunca había ido tan  difuso.

Hasta lo último querré agua.

Iré hacia el fuego

de los corazones solitarios.

 

Km 8

Has visto los cuervos

revisa tus pies.

La brisa, la risa, la turbina del avión.

Los rayos del rastrillo

las hormigas movilizadas

las nubes humanizadas.

Tierra que más.

Has visto el sol

revisa tu piel.

 

 

Km 9

Itinerarios en la música.

Es cierto que es así en mí.

Tarjeta postal sin destinatarios.

El poder del uno en aritmética

distingo protestante del uno en el ego.

Verme tenía que verme

en este fragmento desarmado.

Los reflujos de la almohada rio abajo

mirándome entre vidrieras.

 

 

 

 

Km 10

 

El fin azul, la página en blanco

Letras tumbadas desasociadas del resto.

Empieza sin desear

termina sabiendo porque

el azul está en blanco…

El infinito muy parecido al infinito.

El cielo cambio de color.

Mis cuerpo cambió el ritmo.

Los barcos buscan su cola en el remanso.

Rumorosas las hojas van a parar al calor de…

En fin, cuando junte las manos

todo será azul incombustible.

 

Km 11

 

Viento azul

de verde correas

Los brazos de rayos.

Quien galopa esta tempestad?

  

Km 12

 

De frente Brilla el sol.

Perdí de vista a los barcos.

Acercándome a los bultos

acorazados de piel

la evidencia solo apariencia.

La prudencia del ritmo de mis pernas.

Los aciertos a ras del suelo.

Mis manos acarrean sorbos de aire

cartas al amaneceres a

los fantasma del atardecer.

Y sin temor continuo libre.

 

Km 13

 

El espíritu se escapó al amanecer.

solazando huracanes

entre las extremidades inferiores.

El entorno es naranja.

El humo es que aun sobrevivimos.

 

 

Km 14

 

Debajo de la piel

agudos cristales.

Encendidas señales

la sed resignada.

El viento inmoviliza los parpados.

En las colinas asfaltadas

la sangre se curva en el agua.

Líneas maestras

inconmovible la verdad.

A paso firme se abren

los caminos al muro.

Palma con palma y

repetir a rabiar.

 

Km 15

 

Mi corazón late

le ruego que pulse

le exijo que bombee palabras

que han de pasar por

los ojales de los cordones.

 

  

Km 16

 

Líneas articuladas.

Espejos a pasos firmes.

Ríen, lloran las pieles

ajenas a sí mismas.

Algunos transportan almas

otros corren en busca de ella.

 

Km 17

 

La verdad rigurosa

el entrenamiento también.

Cuerpos  relevan lo hondo del ser

Un sorbo de agua y más…

La reina a la intemperie.

El frio es tentador.

La ciudad daliniana

relojes derritiéndose

en muñecas de carnes.

Listones verticales aplauden

el paso de los corredores.

Por encima de los hombros

por encimas las viseras.

 

Km 18

 

Hombres de espaldas verticales.

El silencio primordial las manos en posición ok.

Después de todo la superficie se enciende.

Aves dicen que son horas

doradas las agujas demarcan el tiempo.

Las manos en posición ok

aquí va otra serie más de velocidad.

 

 Km 19

 

Al alba la razón

se sorprende de los colores

que nacen y mueren.

Se da que la intemperie

opone su violencia.

Una masa tan real de inexactitudes.

Cabalgamos nuestras propias almas.

Usamos palabras como espuelas

la  memoria empuja al kilometraje.

Piel antigua quien

narra corre con ellos.

El silencio hace al sentido.

El frio navega en láminas de cristal.

Soy tan frágil y callo.

  

Km 20

 

Mis huecos, ojos huecos

el sonido de palabras.

La conciencia maniatada a

destiempo de la medianoche.

Es tiempo de parpadear

y dejar que corran las nubes

en el murmullo de la palabras.

Siluetas de marionetas

el papel las tijeras

en el hueco de mis ojos.

Las hojas en la tierra

el agua trasvasa blanda

tanteando la eternidad.

 

Km 21

 

Encolumnados los postes de luz

el perfume a tierra mojada.

Frio… mis mejillas sobreviven.

Inevitablemente dejo huellas intangibles

en busca de un presagio escondido

                                                       en la publicidad de los colectivos timados.                         

Precede el amor inevitablemente intangible.

La sombra acanalada 

detrás de las huellas dobladas.

 

Km 22

 

Voy en busca de los años que restan.

El sonido masticable.

La lengua devana saliva.

Se contraen convulsivas

las revelaciones y mis arrugas.

Hombres mujeres detrás de

las vallas no me distraen.

Soy polvo verde al sol.

El resto rostros desiguales.

Grito incandescente en

punta solemne garganta.

 

Km 23

 

Ciego en la huella.

Lentamente la extensión se ilumina.

Por los ventanales emergen

simétricos instruidos  maratonista.

Hubo otros inviernos y

más dulce el vino.

Hubo otros inviernos y

otro suelos perfilados.

Enigmáticas palabras…a tal

ligereza todo es incoherencia.

El sol puntea centellean

las solapas de los visitantes.

 

Km 24

 

Se fuga escalando el viento 

descubre  el fuego sometido. 

Ahora la hoja es piedra 

la fuente aún lejana. 

Navegante de cavilaciones 

purificando  el ahora. 

El infinito posee máscara

la poesía melodía en la brisa.

 

 km 25

 

Tormentosos verbos líquidos.

Sediento recalando en evocación.

Nebulosa fantasía de borbotones

de manantiales pezones.

La sangre se alimenta de fibras

de rocas calientes 

en todo este  recorrido el rio está presente

y mi cuerpo en constante custodia.

La inercia la precipita

mi imaginación a la deriva.

Pertenezco al  aquí

al ahora este presente frio

vestido de  chambergo.

  

Km 26

 

Calla mi boca

gritan mis fundamentos.

De noche intimará mi faringe

 por mis pies.

El tiempo cuantificable.

El aire por los poros ingresa.

Aquilato mis ideas

desde el silencio crispado.

A los gritos ambivalentes.

Todo es movimiento aquí.

El azar en el arte.

Mis uñas piden ser enmarcadas.

Las palabras moldean los cuerpos

con firmeza con cadencia.

Súbitas  almas acompañan

la basta paciencia.

 

Km 27

  

Oprimido mi yo real.

Un puñado de arena

me enmarañó con hojas muertas.

Desconcentrado perturbado por

arrogantes poemas en el polvo del olvido.

Aun de pie aun ileso

escaneado señas reveladas.

Amables carcajadas e irónica comprensión. 

Soy un hombre pequeño

la naturaleza a la vista presente.

Más cielo frente a frente.

 

km 28

 

El sonido a nada atrae mi nombre

una vez mas no me detengo a escucharlo.

Hay van los nuevos náufragos

de piernas impalpables

de espasmos abdominales.

Abandonados por la resaca

maderos de músculos a metros

la playa de estacionamiento.

Oigo el eco de quejidos.

Oigo el pedido de agua.

Los verbos aumentan su intensidad.

No me atrevo abrir la boca.

En silencio canto Ciao…

 

 

Km 29

 

El mundo pariendo por instinto.

Opuestos de sombras iguales.

Enclavado un cuerpo en

 espasmos a la columna

perceptible toque incorpóreo.

Eterna constancia

me volverá invisible.

Existo como soy a

punto de disolverme.


Km 30

 

En equilibrio los ojos ventanales.

Corren aquellos de espiritualidad

Y los que con enfático realismo

resaltan sus lujos.

Presente los  creyentes

y los majestuosos incrédulos.

Presente los intelectuales

 también los generosos.

El sol y los vestigios de

la luna en nuestros órganos.

Mi pequeña mano

quita el freno de mi garganta.


Km 31

 

Noté que un algo

me escalaba la médula

un fantasmal calambre prodigioso.

Extraña sensación de espinas en los huesos.

Toque el césped ardió la carne.

Lluvia de labios espíritus de dorsales.

Vi precipitarse papel picado.

Los truenos  en las glándulas ajenas.

Vagones de erizados cuerpos

perseguidos por nubes de ojos.

Las venas a filo de luz.

A lo lejos en lenguajes de señas

ubico mis latidos dentro de mi cuerpo.

Sin alas sin sombras.

Este azul lejos de los mares.

Mis parpados con signos de pasión.

Los pájaros aterciopelados

en banda detrás de

esta jauría de entidades atléticas.

El azufre en los pétalos labiales.

Me abrí… la respiración al sur

a mi costado otra vida hilvanándose.

 

Km 33

 

Hay muchos cuerpos alargados en el campo santo.

Arboles cuasi desnudos; estoy cambiando el paso.

A  primeras horas de decimas horas.

El cielo atenúa el verde de mi cielo.

Rompiendo la niebla que todo lo distorsiona…

De la luna quien tiene memoria?

Si es de plata o pareciere una cuchara.

oh serena escarcha has cubierto mis pies que ruedan.

El frio me recuerda la ternura

de mi madre en tiempos de madre.

Sombran sombras y

los perfiles convergen en la ruta y

que es la ruta sin el ser que la transita?

Propaganda…La voz inicial…

Nosotros hacemos del tiempo.

Esta soledad se moldea respiro por respiro.

No hay corales solo barro secándose al viento y

voy subiendo y voy bajando en mi propia envoltura.

Este circuito no es mío, la piel se niega a respirar.

Segundo arco que sobrepaso y

los árboles se despojan de su peso.

Ojos, manos, mi boca se tensa como las uvas maduras.

El silencio se rompe por los teros.

Tú estas más allá.

Tú eres mi íntimo rumor.

La sed es más que la soledad  y esta soledad me da sed.

Mis dedos desandan  cada kilómetro andado.

Mis ojos retienen imágenes retroalimentadas de nácar.

La dureza de mis piernas, la dureza del asfalto.

A ver quién se queda. Quién da el paso equivocado.

Esta mañana mi mundo es  fresco,

es liso y con el rostro dibujado.

 

Km 34

 

Las nubes esconden  raíces de piedras

mordiendo huesos en  vidas de agua.

La serenidad viene comprimida

en somníferos de ahogos.

Los ojos a partirse

mis pies  dividiendo

lo indivisible del ser.

Estos brazos sauceados,

eléctricos, eclécticos.

El infinito muy preciso.

Milagro… El agua en mi boca.

 

Km35

 

Quién procura bajar el tiempo con este viento?

Tanto arroz, tanto cereal,

tanto yogur  consumido.

La ansiedad esa puerta abierta para nadie.

Tan blanco para las moscas  ya muertas.

Frío de la vela cuelga

la mesura al alba.

Sombras y sombreros relegados

ordenados en soledad.

Fue precisa la medianoche.


Km 36

 

 Ardor  y el arrojo de

los huesos crujientes convocan

presurosa la pulpa sensitiva.

El nervio adyacente dispara

la voz ronca, los ojos

viene el espanto la violencia de

los cuerpos arqueados en llantos.

Las lágrimas subsisten en

el sudor de la inocencia

paz en los recuerdos.

Brazas encendidas mi sangre

arde mi sujeto, arden

las  entidades  en este paraje lineal.

Atrás quedo el muro y

sus corazones mutilados.

 

Km 37

 

Hasta donde me ha

acompañado el viento

el desea detenerme

mueve apropósito el horizonte

cambia las letras de mis versos.

Y ahora nacen enroscados

de mis cordones verdes

el hecho consumado de

vibrar las señales.

Llegué a Roldan

bailaron las hojas con su paso

y rio como puedo con

ese movimiento …de amor.

Por el mero placer del movimiento.

Sin pretensiones sin predicamento.

En mi  un eco nuevo resuena

va dejando silabas

Donde será el momento?

De encontrar su lugar.

Hoy  te sorprenderá

las tranqueras rompecabezas.

Sin entender hasta donde

he llegado persiguiendo

el silbido del viento.

 

Km 38


Se sale del porqué.

No sabe de qué, el por qué?

Esta cuerda atada al queso.

La figurita lanza espuma por sus bordes.

Mi cabeza un seto de costumbres.

El rio desprende su camisa

los viajantes deseosos

salirse de las orillas.

De qué color es un día horrible?

Pasaporte a uno más.

Un mundo más…

Las letras blanquean el dorsal.

En la mesa una gota de tu luz.

Se plantó un antes del ahora

en columna de llanto.

Huellas en el delirio lodoso.

El amor inevitable me salva.

  

Km 39

 

Calambres de palabras.

Se levantan esas voces que a lo lejos cantan

demarcando el recorrido sin que se sepa

para qué es el camino.

Al borde la noche.

Al borde los cordones desatados.

Abordo estos dedos livianamente  verdes

hermanos del destino.

Ya no me espantan los remolinos

las sombras pálidas

ni el hábito de la moscas.

Que siga a flote la cordura.

Estos poetas muertos

hablan más dulce a mi oído.

Mi mano tibia sumo  y sumo

mi pecho rojo me da menos.

Anticuados nombres

a tanta ausencia.

Al borde abordo en mi pecho…calambres de palabras

 

Km 40


Traspasa el pasto...  el pensamiento más veloz que este caballo.

Palabras como lazos cicatrices de corcheas.

Las ventanas movedizas los ojos difumados.

Las manos creen que aplauden

el cuello cernido mi boca como urna,

solo entra el agua naranja.

Mi cuerpo no quepa dentro de la puerta y se ríen.

Mis dientes… ya aprendí a abrir estas pinzas.

Las viejas ríen el cordón umbilical al oído de mama.

Una pata para mi cuerpo

una pata para mi cama

el pensamiento más rápido

que este caballo en el carrusel.

 

Km 41


El rio apenas deja ver su transparencia.

Los arcos de guirnaldas plásticas se dejan ver.

A la vista el asfalto se pierde

nacen las esmeraldas adoquinadas

mi ser me escolta.

El sol desconoce mi sombra es el mediodía.

Exhausto  transporto el encantamiento

de las serpientes en mis dedos.

En mis pies traigo el sarro de las calles.

En mis manos mi gloria.

En la lengua este poema sabor a moras.

 

 Últimos 500 metros 42 km

 

Cruje la sangre

la piel aúlla.

Las lagrimas

navajas de sal.

El vacio se abre

el camino también...

 

Final

 

Ultimo día de junio.

 No sabré desatarme los zapatos            

la ciudad me habrá mordidos los pies

en la llanura del asfalto,

en el túnel en los puentes con estilo.

El destino final más sudoración

A tiempo cediendo los sentidos,

 

 

 

 

 

 

 

 

Soy  un hijo huérfano

desterrando estaciones.

A tiempo la muerte

ya es poesía…