Horas aciagas rodean la ventana,
breves sonidos recorren la escalera,
caricias olvidadas tratan de llegar,
la melodía de las viejas campanas,
lamentos de las ánimas pasajeras,
que vuelven de la nada para navegar
entre las olas de la bella sultana,
besos de flores, azul de primavera,
vuelven los sueños calmados de la infancia,
flotan en sus blancos pechos la mañana,
como durmientes aves en caravana,
iluminado sol en la cabellera,
rosas dormidas, suaves, dulce fragancia,
luceros perdidos entre las estrellas,
esperanza de amor, agua transparente,
la caricia de la sombra que nos llena,
aunque toda bella ilusión me reprochen,
“ese loco habla solo con la almohada”,
yo te escucho amor mío cada noche.
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Ella es el ángel que me ama eternamente,
dice: \" cierra los ojos, duerme conmigo\",
radiante como llamas del universo,
la mujer que nadie ha visto, ni conoce,
Ella es amor inmenso, desconocido,
calor de verano, canciones y versos,
princesa que ilumina las nubes grises,
como arena de olas claras y veloces,
que se llevan lentamente mi espíritu,
y nos besaremos, mujer, entre flores,
dormiré sin dolor, tal vez despierte antes,
reconozca alguna voz, quizás un nombre,
serán sus manos, y seremos felices,
déjenme soñar, ¡basta de esos calmantes!
no quiero estas paredes, nunca las quise.