Postrado en el rincón del abandono;
Las heridas cicatrizan,
Respiro de placer postrado a las raíces del intento
De sembrar un tallo verde de ilusión
Regándose en la verdadera pasión fiel.
Haz fértil mi esperanza
Cuando yace en el árido suplicio de mi pensar.
Enciende la llama de pasión;
Se apago con el frio silbido de los vientos,
¡Ay si las brazas en el interior de mi pecho no quisieran revivir!
Se extingue mi espíritu congelado
En el vacio gemir de la soledad.
Eres la puerta abierta de un nuevo encuentro;
Un prodigio acelera la vía de mis sentidos
Apareces y sorprendes
Como el amanecer del sol
En el llover a cantaros.
Tus manos palpan la llave,
Penetra en el medir de mí cerrar,
Abres la puerta, sonrojas y extiendes tus brazos.
Enmudecen mis labios
Y desvelas con tu vestir de traje aguamarina
Busco el detalle de gratitud,
Los bolsillos pesan ¡he aquí!
Envuelto del brillo, una perla de zafiro
Relumbra a tu medida;
Dijen preciado adornara tu collar.
Camino, apretó tu mano
Y entro por las puertas de un nuevo encuentro
Adorno natural, se respira y contempla,
Pasión por hacerlas un regalo,
Envuelve en enredaderas de rosas;
Después de cortas caricias a sus pétalos
Asida en una corona, adornara tu cabeza.