La vida es un guijarro sumergido
en las aguas de un rio caudaloso,
tras el frío cristal le ve hermoso,
por su forma diríase elegido.
Mas,cuantos golpes de agua habrá sufrido
para ver su figura moldeada
y el tiempo que su cara desgastada
ofrecíase impávida al pulido.
Nosotros,al igual que los guijarros
hemos de sentir el paso de la vida
para adquirir conocimiento y perfección.
Y sentir en nuestro cuerpo hecho de barro
el estigma que dejan las heridas,
que cada uno lleva en su corazón.
Soneto escrito por Eduardo Luis Diaz Expósito \"zuhaitz\".