clonariel

EN LA LEJANA RIBERA EN QUE TE AMÉ

En la lejana ribera en que te amé

 

sólo el cielo vio nuestra compañía,

 

fuimos el único tallo de la tierra,

 

sangraban las raíces del corazón,

 

depositando ante los besos todo el caudal

 

atesorado.

 

 

Luego la tristeza trajo abanicos,

 

las garras de la soledad avanzaron por mi alma,

 

mi memoria se volvió una vagabunda.

 

¿Resucitarían tus labios?

 

Rieron las nubes,

 

la noche cayó con su envuelto silencio.

 

 

Ah… amor, ¿dónde transita el río de tu sangre?

 

Mis ojos cayeron al pozo del crepúsculo,

 

pero tu allí no estabas,

 

quizás morabas otros valles.

 

Esperaré, la indulgente memoria

 

abrazará mis días, con el amor intacto

 

buscaré tus estaciones, florecerá para mí

 

el invierno en los lirios.