Abrazos sabatinos Don Camilo
que alegre que durmió como lirón
sin penas, ni glorias...pero descansó
tanto que su mente muy fresca amaneció
para regalarnos otro poema hermoso
de su siempre magnífica creación.
Esos males necesarios bien llamados mujeres
no se agobie, ¡quien las quiere!!
si roncan por las noches y del baño se apoderan
luego hay que esperarlas horas
para que se emperifollen y acicalen
y cambian de vestido... por el mismo...pero,
¡qué barbaridad!...una hora más tarde.
Luego es de esperar que preparen desayuno…
“¡No mujer!! no son huevos con jamón,
solo te pedí dos huevos duros,
hogaza de pan y té de manzanilla
pero... ¡válgame Señor!!
¿quién te dijo que yo como tortilla?
eso debe ser allá por las Honduras
yo no soy de maíz, esa es dieta Maya
esa cosa insípida no es ninguna sabrosura
tampoco tomo mate, deja ya los disparates
y no me vengas con arepas,
¡jolín!... tampoco se me antojan crepas.”
“¿Y ahora quieres que te acompañe al mercado?
pero si yo ya quedé con mi compadre Macario
de ir a comprar para la finca el armario
y guardar ahí mis cosas de jardinería.
No mi niña... ¡tu mercado será otro día!!
¿Cómo?... ¿qué dices?? ...¿que te vas donde tu tía??
¡Insensata!!.... si quedamos que hoy es día
de visitar a mi amiga Juana Rosa,
ahora no me salgas tú con otra cosa.“
Mire bien Don Camilo...
esos males necesarios bien llamados mujeres
son un quebradero de cabeza, ¡quien las quiere!
¿no cree usted que es mejor
amarlas a distancia?
así puede tenerlas a todas
guardaditas en pantalla
y en un simple clic...
encenderlas o apagarlas,
cuando a usted le venga en gana.