En una tarde de lluvia,
bajo una pantalla brillante,
en la pieza concebida
pensaba como un amante,
respetuoso y cariñoso,
sobre la mujer querida
que está variando la vida
con cariño deseoso.
La vida te trae el amor
a los versos amarrados,
y te ves como atrapado,
por esa sombra con calor,
tienes ese candor
del niño sobre la cama.
El hombre que siempre ama
de principio con temor,
temor que desaparece,
cuando la vida reclama
que para enamorar a una dama
el hombre fiero se desvanece,
y en acciones repetidas
va desgajando la vida
para hacer de su querer
a la mujer, joya querida.