Tenia alelíes dorados y rojos en mi mano
cuando cubrí su pelo del sol de enero...
y los tenia blancos por mas puros...
cuando me dio el ultimo beso
en el ardor de febrero.
Sus ojos estaban ausentes
y teniendo todo el olvido en su pupila...
su ultima mirada estaba distante...
con su pensamiento en la lejania.
Tuvo pena de mi pena
y vi en su tristeza espinas
pero también lagrimas dulces de nostalgia
caer una a una
por sus mejillas en la tarde del adios.
Me gustaban los alelíes me dijo
pero ahora me gustan la rosa y el jazmín...
para mi pelo y para mi santo de marfil.
Mientras el silencio giraba redondo en el calor del día entero.
Y el sol también giraba en una canción de desconsuelo.
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juan maria