La boca es húmedo asiento,
donde el pensamiento claro
desde este cañon disparo
como palabras al viento.
Amarga herida,que al llanto
se desgarra dolorida,
paloma blanca de vida
santificada en el canto.
A veces sello amarguras
con mis labios vacilantes
y otras,menos jadeante
vierto con ellos ternuras.
Cuando mi boca agasaja
con una alegre dicción,
reparto mi corazón
como pan hecho migajas.
Ocurre que al no encontrar
remedio a las soledades,
mi boca en falsos manjares
se une a otra soledad.
Mas,si el alma despiadada
no actuó en consecuencia,
queda en la frágil conciencia
la hiel de la madrugada.
¡Exhala el viento vital
en respiración profunda!.
¡Nombra palabras fecundas
de consonancia verbal!.
En tu interior la voz labra
el pensar que se edifica,
se destruye o dignifica
nuestro don de la palabra.
escrito por Eduardo Luis Diaz \"zuhaitz\".