gaston campano

memorias de una pulga chilensis

Mañana de día domingo

ropa de mejor factura

una camiseta blanca,

slip negros marcados

Regatta nombre comprado,

calcetines, con rombos café

y zapatos nacarados,

un terno que no lo es,

debido a sus dos piezas.

Vestón azul cruzado

con pantalones  delgados

un cierre de bronce fiel.

La plaza de la ciudad

que acoge a tanta gente

solo ancianos y niños,

son sus ávidos clientes

Del manicero en el carro

con paciencia diligente,

un perro solitario

según se ve que viene,

sin ver a sus pasajeros

entre sus lanas movientes,

Sin que nadie se percate

saltó la pulga al cemento

que se encontraba caliente,

entró por mi pantalón

con el movimiento siguiente.

Como extraño en el paisaje

se puso a recorrer la gente,

donde quería habitar

para conocer que es

un hombre tan inteligente.

Tenía la visitante

una trompa como daga,

por la picadura que dió

hizo saltar mi espalda,

siguió en este paseo

este animal salvaje

sin poderméla sacar,

ráscándome cierta parte.

Vió que justo se dividía

mi cuerpo en dos canales

eligió la derecha pierna,

donde tenía la marca

de un perro en su mordida.

Y...picó la legionaria,

justo en el centro de ella

donde me dejó 

viendo claritas estrellas.