Pobrecito mi niño campesino
Que hasta desprecio
Le ofrece la ciudad,
A sabiendas que esa carita buena
Solo sabe ofrecerle su bondad.
Pobrecito mi niño ese del campo
Cuando entra con pena a la ciudad
Con reproche lo miran otros niños
El tan solo les pide caridad.
Pobrecito mi niño el maletero
Que cargado de esperanza va,
Lleva su fruto muy firme
Entre sus hombros,
Dando ejemplo como
Hombre que será.
Aquí tienes mi amigo campesino
Un amigo nacido en la ciudad,
Que te admira, te quiere, te respeta
Y desde ya te ofrezco mi amistad.
Tú traes el fruto, el pan de cada día,
Que ayer sembraste, lejos de la ciudad
Bendiga Dios, tu campo
Amigo mío, porque tú y el
Fruto bendito lo serán.