¿Me decías arroyo,
la indomable dulzura de sus pies
transitando en la hierba
distraída en los hoyos
que dispersos he visto en esta mies?
¿Dónde fue Magdalena
que la ocultan las ramas del ciprés?
No la he visto en su pena,
¡Cierto estoy que de apoyo ha menester!