(Fragmento)
Doy gracias por los ojos desvestidos
que cantan de alegría en compañía
del alba y estrellas matutinas que atrevidas
opacan de la noche una cajita de avellanas
encerrando la mágica Luna que hechicera
ya no irradia su plata a los mortales.
Doy gracias por los ojos divertidos
mirando el agua deslizarse por mi cuerpo
convertida luego en gotitas transparentes
cual diamantes en mi piel acanelada.
Doy gracias por los ojos sin enojos
que siempre encuentran otros ojos
otros cuerpos, otra gente,
incluyendo mi hija y mi presente.
Doy gracias por los ojos que descubren
un montón de personajes y parajes
un sinnúmero de cuentos sin aviento,
fantásticas leyendas escarpadas,
con colores y formas muy variadas
danzando caprichosas entre nubes ondulantes
transportando a mundos quizá inexistentes
mi mente febril y anonadada.
Doy gracias por los ojos que observan
fantasmagóricas figuras retorcidas
en cómplices y eróticas piruetas
moviéndose al compás del viento
que ondea silbante alborotado
entre verdes guaduales apretados.
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