Esta es mi niña,
mi princesa adorada,
mi muñequita soñadora.
Esta es mi Ceci,
de grandes ojos café y
de largo cabello castaño.
Mi niña hermosa todo lo puede, todo lo logra;
se pone una meta y abran paso que allí va Ella.
Y yo, su madre, la observo y aplaudo todos sus logros.
Mi pequeña ya está bastante crecidita,
tiene 17 años y está a punto de terminar su ciclo
de estudios secundarios, a punto de embarcare
en una carrera universitaria y trabajando,
percibiendo sus primeros ingresos.
Me parece que ha pasado tan rápido el tiempo,
siempre recuerdo lo especial que ha sido para mí
el milagro que fuè y es su presencia en mi vida,
siempre asombràndome de la habilidad que tiene
para lograr sus propòsitos,
siempre convencida de que todo se puede lograr.
Ella es todo lo que no soy, todo lo que no he sido y
lo que no voy a Ser.
Yo he visto realizarse mis sueños a través de Ella y he sido
infinitamente feliz por su felicidad.
Ella es mi gran amiga, mi confidente;
tal vez error de madre de no haber sabido separar bien mi rol,
pero le he contado hasta mis desaciertos.
Siempre le ha hablado de los sueño y que todo se puede lograr,
ha crecido rodeada de juguetes, ha soñado con cuentos de princesas
y creo que aún sigue soñando.
El apodo que le he puesto le causa mucha gracia, pero para mí es
mi barbie versión Obama.
Mi niña es mi sol, la luz de mis ojos,
mis sueños por cumplir, mi ilusiòn.
La amo, la amo, la amo
hasta el infinito y más allá,
y espero estar siempre para Ella,
y aunque muchas veces me encuentro muy ausente de
mi hogar po el trabajo, Ella sabe que aunque no esté,
Estoy y eso cuenta.