REPROCHE
El sueño juguetea en la pendiente
con gotas de oro, rocío madrugador,
preludio marimbero, ¡Di a mi Señor!
que quiero quedarme así eternamente,
y eternizado alzarme sobre el viento,
tejer en el cielo una alfombre de flores
y llorar por los perdidos amores
o ecos de mi profundo pensamiento.
Es el mundo que con injusta mano
me ofrece una caricia de horizonte,
alivio a la nostalgia que más amo.
Me ciega el vuelo de ave refulgente,
la música estremece de pavura
y mi sino se aleja de la muerte.
Rafael Mérida Cruz-Lascano