En días nublados
sólo necesito el sol de tu mirada.
Si quiero ver llover
es cuestión de pensar en la distancia,
allá donde tu estás
latiendo a mil mi corazón,
se inunda mi alma
de la lluvia que va surcando mi cara.
Tu respirar es viento de verano,
Aliento de vida
que va sanando mis ganas,
me envuelves en el torbellino
de inconfundible fragancia
que va oxigenándome el alma
dejándola más enamorada.
Tus besos, dulces besos,
son medicina a mis huesos,
son carbones encendidos
que incentivan ese fuego
que va naciendo de adentro.
Tus caricias son otro cuento,
la llave de nuestros sexos;
La corola que atrae espasmos
y el orgasmo satisfecho
aferrándome a tu cuerpo.
Tu mirada, tu tibio aliento,
tus caricias y tus besos,
son pilares que sostienen
éste, nuestro amor eterno.
D.R. Vozdetrueno