Eres tú, mi gran lucero,
quien das luz a mi existir,
pues sin ti, no sé vivir,
por eso ¡tanto te quiero!
Yo te extraño dulce amor,
en cada paso que doy
pues cuando contigo estoy
recibo todo el fulgor
que de ti emana,¡tesoro!
Yo te recuerdo, sin prisa,
y me llega tu sonrisa
como el Sol, que tanto adoro.
Pues como me encuentro lejos,
y pronto no te he de ver,
yo sólo quiero tener
tu imagen en los reflejos
que tiene el agua del mar,
cuando el Sol se va poniendo
y es ahí que te estoy viendo,
pues no te puedo olvidar.
Porque tú diste a mí ser
mucho cariño y amor;
como si fuera una flor
que no se quiere perder.
Pues yo, tu vida adorné
con detalles delicados;
que no los has olvidado
porque de amor te llené.
Vero