Rumiando este devenir ...
Prodigios del caminante Esquiva naturaleza, pensante,
He aquí, que forastero en tu alma, en tu existencia Me poso,
muy breve, fugaz y esquivo
Cual ave en tu jardín,
Aquella bella blanca,
que anunciase los fríos Pájaro de la nieve,
de espalda tierna y nieve
Cruzando y matizando
colores nubes de grises,
a lo lejos avizoro el vendaval,
remolinos del hielo Cubriendo de obscuridad y sombras,
Este grisáceo tiempo,
poblando de silencios
Almas peregrinas almas arropadas,
encorvadas de resignación y desolación .
Vacías están las huellas
Como abandonados los nidos,
esmerado hogar de criaturas volátiles
que emigraron al instintivo itinerario
distancias y nostalgias.
Otoño mío, te llevaste las chicharras,
y los jilgueros,
al infinito, embarcando en zozobras las primaveras
sellando el aroma de las flores amarillas del espinillo,
dejando hielo en la hierba
marfil y ocres como los huesos,
así vestiste el manto del valle en cada paso,
estación del año,
que dejaste los pichones del ruiseñor, trinando en las mañanas
rompiendo la escarcha.
¡Todo es gris desde mi mundo, continente hermosísimo !