Bernardo Bosquez Minjares

el tercero en discordia

 

 

 

Esa mujer que enamorada va por la calle, el no lo sabe pero ella daría lo que fuera por tener un amor romántico, como el de las películas, mas aquí el tercero en discordia es un poeta, que mas que enamorarse solo pude observar a aquella jovencita triste y marchita de amor, enamorada de lo peor, absurdo amor que haces que nos enamoremos de quien no nos ama, así miro, a través de la ventana a aquella mujer llorar sus lagrimas por alguien que no las merece, cuento gota a gota, cada una de sus lagrimas y me marchito en la sombra de mi casa, obligado a ver como la mujer de mi vida se va con el amor de la suya.

Atrapados en un nido de embrollos, que mas puedo hacer, sino relatar la historia que frente a  mi acontece, mas no me rindo, veo con ánimos de que ella voltee a mi ventana y me mire, mas eso no sucede, por que sus ojos están cautivados por la persona equivocada, que en palabras de un extraño se relatan a los ojos de otros cientos.

Así dejo rastro de lo que aquí aconteció, yo me marcho, me alejo de esta ventana, por que el verte de esta manera me entristece de tal manera, que prefiero ser ciego.

¿Por que la vida se ensaño conmigo?

 Cuan grande fue mi pecado, que aun vivo lo pago y después de muerto lo seguiré pagando, mas sin embargo, espero que algún día encuentres la felicidad, esa que solo conozco cuando sueño contigo.

Para esto me marchare, y dejare que veas hacia la ventana donde solía admirarte, pero ahora la veras sola, vacía, y la casa lucirá tan sola por la ausencia del enamorado que con tantos ánimos se canso de esperar a que le vieras.