El naranjo aquel
Una abejita volaba
buscando el naranjo aquel
del que sus flores libaba
para poder hacer miel.
Porque el naranjo existía,
pero sin hojas quedó,
y lo que ella no entendía
cómo fue que se secó.
Aquel naranjo frondoso
con hojas verdes, brillantes,
¡se veía maravilloso!
con sus frutas fascinantes.
Pues fue un injerto casual
de naranja y mandarina
por eso en el naranjal
su fruta era ¡divina!
La abejita sorprendida
se marchó del naranjal
porque se quedó sin vida
aquel naranjo especial.
Del que ella disfrutaba
su frescura y su belleza
pues cuando lo visitaba
¡sentía la Naturaleza!
Vero
03.07.13