Tengo un amigo**
Cristóbal Rozzo
Aquél loco a quien le gusta brincar mucho
Y que a veces suele llegar al cielo
De un solo salto.
Allí dónde puede estar tranquilo,
En silencio; en soledad.
Allá se está quieto y contempla el mundo
Desde arriba, y todo está a sus pies.
Mientras, fuera de todo,
Todo tan distante, algunas cosas
Pierden su valor; otras su importancia,
Y unas pocas cobran significado.
Entonces cuando ya no tiene más sentido
Estar en soledad, decide bajar.
Se asoma pues al vacío
Y da un paso a la nada.
Y al hacerlo pisa algo tan suave
Como el aire mismo; nubes de éter
Que existen bajo el cielo verdadero.
Muy hábil, supo bajar de nube en nube
Hasta divisar a lo lejos un arcoíris.
Dando un último paso,
Cae sobre su amigo
Quien lo lleva en su espalda multicolor
Hasta llegar cerca del océano.
Luego logra deslizarse
Al ver pasar una de sus amigas
Y se monta en ella; una ola gigante
Quien lo carga sobre su espuma blanca y salada.
Es pues conducido
Por todos los mares que conocemos
Y también algunos que desconocemos.
Y poco a poco la ola se va haciendo
Más y más pequeña hasta que
Finalmente desembarca
A la orilla del sueño en el que delira…