Cuando al escribir, labras las palabras,
no hagas una rima, si ella lastima,
y si llevas una herida, no la abras,
las letras mima, sé quién no escatima
la alegría y el amor en su prosa,
no escribas un poema, si este quema
como una braza, que abraza una rosa,
no busques un dilema en un fonema,
y si en fugaz intento, un sentimiento,
quiera escapar y no se ha de evitar
en un momento, su mortal aliento,
recuerda mirar hacia mí, hacia el mar,
no dejes esté, esta ironía mía,
presa en tu cabeza, déjale ilesa,
cual hoja que ansia, que escribas un día,
una gran novela, hermosa y traviesa,
cuando al escribir, labras las palabras,
no hagas una rima, si ella lastima,
y si llevas una herida, no la abras,
las letras, arrima, sé quién las mima.