Gracias Dios por darme este sufrimiento,
aunque no lo entiendo se que será por algo bueno,
es lo que me conforta y me anima para seguir sobreviviendo.
Hace ya mucho tiempo que corren desvergonzadas
en tus orillas sufren rododendros y azaleas.
Aún así traen rastrojos e infamias
de turbia juventud
y uno que otro olvido
Kenthon Adam Medina Lara
2004
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