Miguek Rodriguez

SALGO...


Con madero en mano,

tras de mí se atranca un cerrojo,

acomodo en mi saco el llavero,

y a hurtadillas mi refugio abandono

para salir al mundo a pasear mis ojos.

 

Abrazo éste, mi  viejo diario

mi más fiel y sabio compañero

 en que desde hace años habitan

unas gomas, un par de lapiceros

y una que otra terca termita

 

Me sumerjo en el suburbio

acompañando a mi sombra

sin dirección, sin vía, sin rumbo

con mi intuición como única guía

cual orgulloso vagabundo

 

Sobre las aceras de las avenidas

tropieza mi lentitud con el paso veloz

de adultos que tratan de rejuvenecer

y esa juventud cada vez más precoz

que van  enfundados en su propia vida

 

Ejércitos de autos en todas direcciones

atiborran de estrepitosos rugidos mis oídos

 y a los oscuros caminos de asfalto

en éste lugar lleno de grises fantasmas

que bailan al ritmo del desencanto

 

Agobiado me detengo en la plazoleta

a reposar mi cansancio en una banca,

aprovecho para inhalar el perfume

que brota del follaje, de las violetas

y del barro que hay en las banquetas

 

El crepúsculo sin notarlo me sorprende,

 me topo ese lugar con el anuncio neón

decido entrar, la música no me ofende

y luego de ungirme un poco de trova y ron

vuelvo rumiando de nuevo a mi prisión

 

Hoy como ayer, volví a salir….

Pero…. a que salgo?

tal vez a llenar mis horas de algo

o del aburrimiento esconderme,

 o quizá tal vez solo para perderme

y que un tal Cupido me encuentre.


tal vez a que el paisaje, la noche

 o las miradas tristes de la gente

le susurren algunos versos

a los sentidos de mi mente.

 

Tal vez a contemplar esa vida

que hace mucho tiempo quise,

para recordar lo que fui

y lo que nunca hice.

 

Tal vez a gastar el día y la madrugada

porque en mi añeja morada

la soledad y la televisión

nomás no me dejan hacer nada…