Profesionales del pecado.
Artesanos del mal.
Vestidos con elegancia,
se escabullen de la autoridad.
Venden su veneno
con impunidad y descaro,
dejando tras de sí verdaderos estragos.
Utilizan a los débiles
para llenar sus arcas,
mientras entre rejas acaban
estos pobres desgraciados
que consumiendo tal ponzoña
terminan envenenados.
Familias destrozadas.
Jóvenes mutilados.
Mayores que engañan.
Muchachos engañados.
Nadie reniega de los que se hacen ricos
a costa de jóvenes incautos,
de seres enfermos
enganchados a la droga,
para siempre destrozados.
Falsedad e hipocresía
a esta sociedad nos ciega.
A los jóvenes despreciamos.
A sus asesinos alabamos
por hacerse ricos en dos días,
sin preguntarnos de donde sale
tanto caudal acopiado.
Y si un día se descubre,
que suculenta fortuna de sangre está teñida,
lo negamos.
No queremos reconocer nuestro error,
prefiriendo poner el antifaz,
y a los jóvenes culpar.
Esos amigos adulan,
invitan a banquetes,
y con fiestas obsequian
a personas muy honradas,
que tampoco se preguntan
de donde salen sus riquezas.
Nos encandilan con sus coches,
con mansiones de mal gusto,
con yates y joyas con grandes pedruscos,
mientras los jóvenes acaban
entre rejas o en el camposanto.
Se destrozan las familias.
La sociedad está asustada,
pero les seguimos el juego
a los que poseen el dinero
con mal proceder ganado.
Se les imputa a los jóvenes
la causa de tanta desgracia,
siendo los adultos los dueños
de las sociedades fraudulentas,
de los navíos que trasportan yerbas
que trastornan y matan.
Mientras se pasean por calles y salones
haciendo gala de poderío,
patrocinando acontecimientos
para ocultar sus fechorías.
Hay quienes agradecidos les aplauden sus legados,
mientras a sus espaldas se les trata de malvados.
Los que con la justicia topan,
pagan brillantes abogados
que no puede pagar el pobre,
pero sí los mafiosos adinerados.
AUTORA: Escapitina. Luisa Lestón Celorio
Del poemario- DE CORAZÓN- Editorial Arcibel Editores