Tengo una gran alegría,
he vuelto de ti a saber.
Soy una vieja colmena
que languidece de pena,
si sus abejas se marchan
y nunca las vuelve a ver.
Una colmena vacía,
es como la tierra yerma,
necesita que la habiten
y su néctar depositen,
las obreras en sus celdas.
Siempre has sido la Reina en mí,
el remedio de mis males,
pues tienes en tu interior
el milagro de la vida,
para poblar los panales
que guardo en el corazón.
No te vayas nunca, Reina,
cohabita dentro de mí,
aunque la colmena es vieja,
pondré millares de abejas
a trabajar para ti.
Yo quiero que con tu miel
que siempre he añorado tanto,
sea más dulce mi llanto,
cuando te vuelva a perder.
Mel