nubialeda

Suaves tus manos

Javier, vida

que noche me

has hecho pasar.

Estoy todavía

exhausta en

este camastro.

¡Qué fue que

te pasó amor

mío, tantas

sorpresas en

una sola noche.

No me recupero,

no tengo agua,

ni siquiera cerca y

te has marchado

en un vuelo.

¿Tenías que ser 

piloto? ¿Y qué te 

llamaran a medianoche

para cubrir un vuelo?

Ahh vida mía,

estaré aquí

no me moveré,

entre estas sábanas,

donde quedó tu aroma

a tu piel, tu sexo que

permanece en mi.

Siempre que nos vemos,

por tan pocas horas,

me es suficiente, ya

que el elixir que

siento, su efecto

dura hasta cuando

vuelves.

Mas ya te estoy

extrañando, también

me iré a lavar la 

ropa al río, así

de paso me 

refresco un poco