Razgando el zuelo busque las perlas de tus ojos
descubri evaporada su salobre existencia
y los rios de savia de perfumados cabellos
cual manantiales cascadas de la infancia.
no vordee la transitada vereda
entre nubes sembradas en el pasto,
cual blanquecino resplandor de un astro
alejado del cielo de tu existencia.
fueron eternas las mañanas
esperando del horizonte siluetas
que doblegaran mi mirada lejana,
sangraron las pupilas al atardecer
porque ya no estava intacta la mañana.
consumaron las velas del ayer mis manos
tu y yo que al morir mis ojos entre llanos,
quedaron mudos en mundos lejanos,
no se si fueron la carencia de tus labios
o no encontre palabras para estar a tu lado.
Autor: Adolfo Casas C