Nunca terminaré de escribir este poema
porque el amor y no el olvido es el tema
y al final sin duda, tendría que nombrarte.
Aunque expreso lo que dice el corazón
y leyéndome tendrías seguro la ocasión
de ver qué hace un mortal para olvidarte.
Lo primero es decir que yo soy un poeta,
será ésa pues, la principal mentira, la treta
para que mis letras resulten más creíbles.
Buscar palabras que me rimen con olvido,
ser tan cursi que aunque escriba sin sentido,
mis fanfarronerías sin ti ya no sean risibles.
Tengo que hacer lo posible para convencerte
de que fue juego de niños el ya no quererte
y que a buscarme a otra me preparo a salir.
Lo difícil está en impedirte que esto lo leas
y que a medida que vayas leyendo te creas
que al final que te amo es lo que voy a decir.
¿Cómo se detiene a alguien en su lectura?
Si lees con el alma seguro esa luz es pura
y no habrá oscuridad que te impida leer...
Hacerte creer que soy poeta quizás ayude,
con palabras rebuscadas te diré que pude
arrancar los residuos de tu alma en mi ser.
¿Me lo vas a creer? Bueno... eso no lo sé,
pero al menos en mi poema lo escribiré
y es posible que muy sincero te parezca.
Tal vez sea que mi mente ya hasta delira,
pero para que no sospeches que es mentira
haré esfuerzos para que mi nariz no crezca.
Este poema ya casi se me está terminando,
a estas alturas si lees te estarás imaginando
que al final te diré lo que siempre te digo.
Intuyes que aquí hay alguna verdad oculta
y al final te ríes porque siempre te resulta
predecible el final de mi poema contigo.
Voy a probarte ahora mismo tu gran error,
para que veas que no me inspiró el amor
y que tu impacto en mi vida fue muy leve,
no hagas caso del corazón que late y late
ni siquiera si hallas una letra que me delate
y un TE AMO infinito que nunca fue breve.
Poema original de Álvaro Márquez
Venezuela