Balcon de la casa de Neruda en Valparaiso
Ella siente
las palomas en la poesía
el reflejo del rayo en su alma,
se aquieta con pétalos dorados
de poemas árticos.
Ella cree firmemente
en las gaviotas costeras...
en su vuelo rasante
entre sentimiento y amistad;
se descuelga de ramas biológicas
que llevan sangre en sus venas.
Ella se congela en playas otoñales
que respiran, que enmudecen,
que caen lentamente
y el crepúsculo moja sus pies.
Ella se aferra a todas las cosas aquí detalladas
se siente cómoda en la lluvia
donde se puede esconder algún llanto incierto.
Ella nunca respira
ni los labios adivinan
el sudor de sus profundidades.