Me encuentro en la encrucijada de mi vida,
Y estoy lleno de angustia y temores vivos
Pues un color gris marca mi horizonte
Cuajada de tonos disonantes, que solo
Armonizan cuando me inclino y rezo, por mi Madre
Para que ella aún mantenga sus ojos
Abiertos y asi cerrar con caricias
Y besos los míos como lo
Hacía cuando aún era un niño.
Y cuál es la razón de tanto sufrimiento
Mi madre se apaga como un gastado
Cirio encendido, y mi corazón plagado de
Recuerdos y nostalgia, solo pide a Dios que
La deje un poco más conmigo.
Y si su partida es inevitable, déjame estar
A su lado hasta su último aliento, que servirá
Para compensar su ausencia como
Un mensaje materno, diciéndome
En Dios te espero hijo mío para volver
Arrullarte como en las noches de invierno
Cuando hacía mucho frío.