Buscador de la rima, que es su reto,
y del verbo amoroso y elegante,
roba del cielo alguna estrella errante
y engalana con ella su soneto.
Encarcela su verso en tierno seto
y de allí con estrofa palpitante,
suelta pétalos de oda alucinante
en la aurora que anida un sueño inquieto.
Cuando el cansancio venza al pensamiento
y se acalle la voz del sentimiento,
se dormirá en su pluma la utopía
besada por destellos de la luna.
A su lado, abrigada en dulce cuna,
su hija predilecta, la poesía.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(Fotografía de Rafael Andrés Maldonado)