por la mañana espero a que despiertes,
a que abras los ojos que tu tienes,
que nadie lo posee, pues son tuyos.
al mediodia aguardo a que la mesa
se ponga tal vez sola, vano iluso,
y como ese mendrugo tras café.
por la tarde me duermo una gran siesta,
arropado tal vez por la pantalla,
y si encuentro sudor, una toalla,
un gel, agua caliente y un amor.
por la noche te espero en ese espacio
que denominan alcoba en el lenguaje
de los hermosos sueños del pasado.
y asi hasta que tarde ya amanezca,
la pastilla por fin haga el efecto,
y termine conmigo y con mi ser.