Luis Rayo

Concierto para Dos, soneto

 De silencio la llave \"sol\" realizo,

con batuta de céfiro brillante,

la nota \"do\" del  ángel fue sonante

y aquel bemol de  tonos se rehízo.

 

Un concierto que fluye ya rojizo,

entre el canto del órfico diamante,

con trompetas en tierra del amante,

lo quemante se vuelve dulce hechizo.

 

Ritmo, coros y espíritu se enlazan

como el violín y arco en estrecho

amor con partituras que se casan,

 

es la unión escuchada sobre el lecho,

que se vuelve sublime cuando abrazan,

la armonía en lo eterno sobre el pecho.