Josefina 46

CUAL BELLA FLOR DE GIRASOL

Cuando cogemos la pluma

para expresar del alma los sentimientos,

casi siempre aparece la luna

con sus eternos misterios.

 

Luna llena, potente y bella,

eres reina en la noche

rodeada de miles de estrellas

y serás siempre la novia

de cantores y poetas.

 

Pero en esta ocasión mi poesía

no prenderá las alas de tu magia,

pues tendrá como composición

al sol, centro luminoso planetario

que hace latir nuestro corazón.

 

Astro sol, eres la estrella circular

más cercana al planeta tierra,

la de más brillo y luminosidad

que nos da fuerza y seguridad.

 

Eres la principal fuente de energía

que el ser humano necesita para la vida,

incandescente y fulgurante astro solar

que te presentas cada día al clarear.

 

Cibilizaciones milenarias

te veneran a lo largo de la historia,

Dios solar símbolo sagrado universal

para todas las religiones de la antigüedad.

 

La egipcia, la china, japonesa,

griega, hinduista, sinfonía infinita

en un ritual cósmico de plegarias

elevando el espíritu en un homenaje

ante el inmenso tabernáculo de luz.

 

Sol radiante de primavera

que nos regalas más horas de luz

para que abra sus pétalos la rosa

y la azucena se muestre más hermosa.

 

Sol caluroso del estío

sofocante en los caminos,

donde el eterno peregrino

marca su huella con desafío.

 

Sol del melancólico otoño

y también del gélido invierno,

son las dos estaciones del año

que con más anhelo te esperamos.

 

Sol del amor, de la inmensidad

ilumina el tránsito de mis días

para sobrellevar la impuesta soledad,

para verte descender por la ladera cada día

inundando de luz la oscuridad.

 

¡Sol divino, rey del universo,

como a mi madre la vida te debo,

ante ti me inclino y te venero

contemplándote con amor

cual bella flor de girasol!

 

Fina