Poeta, he visto brillar tus ojos con el reflejo de la luna.
Otros dirán que es solo un sueño o que deliro, pero es así.
La noche es tibia y yo me abrazo a ella para leer tu palabra sanadora.
Otros dirán que la poesía es inocencia, yo digo que es memoria, lucha, oralidad.
Gozador tú fuiste. Docente decente enamorado de los niños del sol.
¡Otros dirán que solo eras poeta! ¿Y qué sino?
Digamos, tu mirada dice mucho. Nos dice, por ejemplo:
Oh, quiero nuevos tiempos para la escuela pública.
Ya no quiero niños con hambre de pan, libros y abrazos.
Raro es el caminar de estas palabras, que juegan con tu nombre.
¡Oh poeta! Oh Maestro! ¡Oh Río que desemboca en los brazos del poema!
Justo hoy que al cruzar la calle me tropecé con un cartonero, me guiñó un ojo y se río
Oh cómplice de mi oficio desesperado que se nutre con tu ejemplo.