-Tienes un secreto, me lo dijo un pajarito...- dijiste mirando fijamente unos ojos abrumados por una reciente discusión-.Un secreto que te come poco a poco, acortando tu respiración, acelerando tu pulso, haciendo cada día tu paso más lento, fatigado, cansado...Pesa mucho, lo sé...
-¡No es cierto! ¡Tú no sabes nada!- respodieron los ojos que ahora reflejaban enojo con una interesante mezcla de miedo al ver que alguien más sabía lo que les ocurría.
-Descuida, del contenido no tengo la más mínima idea; y tampoco me interesa descubrirlo...sólo digo lo que veo y lo que veo es lo que dije: tienes un secreto que simplemente no te deja vivir feliz...
Asombrados, los ojos se dispusieron a cerrarse sin decir nada más...