Desde hace rato hablaba tu mirada un idioma de incógnitas
Nacería entonces un éxodo de letras sordas en mi garganta
Y en el paladar un sabor a cobre sulfatado
Que inerme quebraría la elocuencia
Iracundo el humo volaba en las paredes negras de la luna
Y en un latir de centella volare yo también con mi cuerpo de fantasma
— Penando en una telaraña… amorosa y proclamada
Soñando en un revuelco de electrones desfasados tu silueta melodiosa de campana
Que esculcaba entre un papel el crucifijo enclaustrado de un poema
El humo es el actor que se interpreta en el lugar más recóndito de los sentimientos
Tranquilo espero auto-flagelándome en los predios de mi puerta
Degustando el asfalto de tu cabellera
Blando sueño en que las bestias celestiales arrancarían sus plumas de cristales
Con tal de tejer partituras de tus trenzas…
Vueltas luz para cegar la claridad del día