La ingenuidad se multiplica
cuando un niño sonríe...
¡Deja que esa picardía bonita
los pasos de tu vida guíe!
La alegría se precipita
y no es comparada con nada
cuando un niño suelta su risa
inocente y acaramelada.
Una alegría en el ambiente
deja el alma esperanzada,
cuando un ángel inocente
lanza sus carcajadas.
Que sea negro o moreno
blanco, indio o mestizo
su reír es tan ameno
que contagia con su hechizo.
Qué bonita es la ocasión
de ver riendo a un niño,
y aun sin saber la razón
su alegría la sentimos.
Ríe niño, vuelve a reír,
que no pare nunca tu risa
con ella habrás de bendecir
a este mundo que agoniza.
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https://www.youtube.com/watch?v=yHLLMUfHXvw
Autor: Alejandro J. Díaz
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