Extraño esa sutil pared,
donde sostenía frágilmente mi alma,
era cristalina, casi transparente
era una pared intocable llena de esperanza.
La solía colgar sobre la sonrisa,
aun así externa, pero profunda,
es una pared derrochando melancolía
y abriendo caminos a la cautiva novedad.
Ni el viento la toca,
ni tu mirada la encuentra,
aunque con unas lagrimas
se desase y se moja,
con tus labios muere la vista hipócrita.
Mi pared hoy se busca perdida.
Es respaldo de mi existencia,
es una pared de alegría,
que alimenta mi voz entre las promesas.
Todos los derechos reservados,2009©BryanGómez