Como aquel que rompiendo las cadenas
de las esclavitudes deshonrosas
y corre hasta una fuente a aliviar penas.
Como aquel que llorando a decorosas
mujeres que nos roban corazones,
se cava entre sus lágrimas las fosas
de la muerte, ponzoña de pasiones,
que es la causa del lúgubre destino
que acorrala a tantísimos varones.
Como aquel desdichado que en el vino
ahoga llanto y dice: “por no verte
que se agote hoy mi triste desatino”.
Como aquel que escapando de la muerte
corre en busca de afecto de un hermano,
a plañir y cantar su mala suerte.
Mas no encuentra consuelo en esa mano
sino una confidencia traicionera
pues ni mujer ni hermano en el verano
perdieron tiempo al sol de la ribera.
Iraultza Askerria