La noche cala en mi carne un sí poseso
Y una torva herida sinuosa y callada
Adherida y escondida entre tus nalgas sin hueso
Llama a mi sable bien tieso para una cruel ultrajada.
Tu cuerpo novel dejo de ser papel sin poesía
Cuando las manos del poeta amaso tu carne como un poema
Y tu grito de gozo paso de niña a mujer cuando te poseía
Y marcó para siempre en tu piel el sexo como lema.
Amanece ya tu cuerpo desnudo junto al mío
Y ahogado entre tus pechos mi voz despierta
Al murmullo de tu voz que me dice: amor mío
Y el amante sin destino quiere creer que tu voz es cierta.
Mujer… mi voz y mi poesía pertenecen a tu cuerpo
Escrito está en tu corazón y en tu alma
Que escribiré por ti sin anticuerpo
Que por tu amor y tu sexo yo esperaré con calma.