Hay beso, como el de Judas
que debió saber a traición de muerte.
Hay besos como el de las amantes
que saben a estupor
a lujuria y rompimiento.
Hay besos de la amada
que saben a gloria,
indescriptibles besos
como debe besar el amor
que besa sin esperar nada
y da todo sin reparos.
Hay beso eterno
como el de la muerte
como besa el desamor.
Solo tus labios, amada,
me liberan de aquel sortilegio.