HERMINSON YULE RIASCOS

SEMILLA DE SALVACION

Tal tristeza había

en sus ojos maternales,

que llorando, luego, María

pasó entre los chacales,

 

para vertir su agonía

frente a los despojos mortales

de el Dios que sabía

ajeno a los males.

 

Se postró de rodillas

mirando al sacrificado,

corría el llanto por sus mejillas

 

mientras decía en tono resignado,

aquí esta el mejor de las semillas

y para salvación se ha sembrado.