EL DIA MENOS PENSADO
¡¿Oigan, qué estamos esperando de esta vida?!
¡¿Qué proponemos como metas, realmente?!
¡Tooodas esas ideas que tenemos concebidas...
pero que yacen olvidadas en la mente...!
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¿Qué nos hemos propuesto hasta hoy mismo?
Quizás ser sabios, quizás ricos, quizás libres...
Con las propuestas que mantienes en tu abismo,
el día menos pensado, quizás, tu vida, se equilibre.
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A lo mejor, decida, de una vez, amar como nunca he amado...
o hacer un viaje dando vuelta al mundo, que he soñado en mi mente;
la verdad, lo digo yo, francamente, que lo haré aquel día menos pensado,
puesto que ¡tantas veces! lo llevo planeado y no me animo a decidirlo, realmente.
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Y, entonces, en ese día menos pensado, podré llevar a cabo mis sueños,
cambiaré, quizás, de familia, de trabajo, la casa, o lo que me arruina.
Y todo aquello por lo que he luchado, dejará de ser, eso, tan pequeño,
porque desde ese día menos pensado, ¡me alejaré, al fin, de la Rutina!
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Pero, eso sí... a mí me pasa, como a ti y como a otro cualquiera,
que el valor se adquiere al nacer y no en tristes cuotas, apenas,
porque cuanto más dudas tengamos y cuanto más se espera,
más difícil se torna cambiar nuestra prisión por rotas cadenas.
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Por lo tanto, debo decidir que ser feliz no es una imaginaria opción.
y que debería plantearme que eso ¡NO DEBE SER POSTERGADO!,
porque en cada segundo que se escapa hiere la fatal sensación
de que el Tiempo es cruel verdugo de ese día menos pensado.
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Por eso, a veces -demasiadas- me cuestiono y me planteo
por aquellas decisiones que aún, todavía, no he tomado
por estar indeciso, por ser cobarde o solo por ser el reo
de una esperanza muy remota, esperando que algo ocurra
en algún momento, por algún milagro, por sí solo, o por algo,
en ese día inesperado, quizás muy lejano (o no), pero sí, menos pensado.
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Eduardo Faucheux
18-07-2013